miércoles, 2 de noviembre de 2011

Continuación Gula
La virtud en lugar del pecado de la gula es la templanza. Temple para no comer en abundancia. Al hacer de la comida un objeto de placer nos puede conducir a la gula.
Entre el ayuno y la gula debe de haber un equilibrio. Mejor seguir una buena nutrición y no caer en un tentación que doblega a la voluntad.
En la Divina comedia, Dante, cuando pasea por el infierno describe el castigo para los pecadores que practicaron la gula:En el tercer circulo del infierno son rehenes en un retrete putrefacto donde se revolcaban bajo una lluvia helada y una apestosa nieve helada; un can de tres cabezas vigilaba a los pecadores que aullaban como perros enjaulados.
Al parecer, existe un gen que controla una hormona, la leptina, que inhibe el apetito. En las personas que tienden a la gula, al parecer les falta leptina ya que tienen un defecto en el gen de la leptina.Además, si nuestra complexión nos exige
ingerir más alimentos,podemos perder la voluntad para mantenernos en nuestro peso correcto. Al caer en el pecado de la gula, a quien afecta, es a la persona que la practica.

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